Es precisamente con ellos con los que puedes dar el toque infantil o juvenil con el que tu hijo/a se sienta identificado/a: decoraciones en la pared como cuadros, papel pintado o vinilos adhesivos, cortinas, alfombras, cojines y ropa de cama, pequeños estantes en los que poner figuras decorativas…
De esta manera te resultará mucho más fácil adaptar la habitación al momento vital de tus hijos.
Por ejemplo, cuando vayas a elegir la cama de niño no temas escoger camas de 190 o incluso de 200 cm. de largo. Puede que ahora te parezca enorme, pero seguro que tu peque se siente cómodo en ella si pones, por ejemplo, un rulo protector a su alrededor. Y le durará mucho más tiempo, con el consiguiente y obvio ahorro para la economía familiar.
Otro consejo a la hora de elegir la cama para la habitación infantil y juvenil es que apuestes por cama nido. Aunque solo tengas un hijo/a, a lo mejor cuando es peque es rara la vez que se queda a dormir algún amiguito en su habitación, pero lo más seguro es que sea uno de sus momentos preferidos cuando vaya creciendo. Así que ten esto en mente y actúa con visión de futuro.
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